Sentirte de nuevo,llevada hacia a ti, a tu terreno,
con una mano coges mi cara, la otra la deslizas por debajo de mi falda. Inocencia interrumpida, exploración desmedida, subes mi temperatura.
Provocas mi suspirar agitado , mi deseo incontrolado, y me sigues acariciando. Me miras, me gusta. Te encanta verme disfrutar con tu habilidad, me llega no un suspiro sino un gemido, y muerdo tu dedo para evitar ser escuchados, y lo apago por fuera, y por dentro en gritos me deshago.

A solas, tan solo imagino tus ojos indiscretos
observando en la oscuridad de mi cuarto.
Tus ojos se van acostumbrando y desde tu silla
vislumbras los movimientos de mis manos.
Inquietas , se deshacen de los tacones altos,
y ascienden desde los tobillos, hacia las rodillas, separando las piernas cada una por su lado,
y se encuentran en la apertura , ambas manos.
Mantienes tu mirada en la distancia mientras te sientes excitado.
Me acaricio, sé lo que quiero , sé cómo lo quiero y me gusta , me gusta hacerlo y que tú me estés viendo.

Deslízate por mi espalda , acariciando mi nuca con tu lengua, recorriendo el camino que le marcan mis vertebras.
Y hazme estremecer llegando al final de ella y descansa en la redondez de mis nalgas y cuando ya me tengas dispuesta...
no me lo des, extiende aún más mi deseo y vuelve a deslizar el roce de tu cuerpo, de nuevo por mi espalda, gotas de sudor alcanzan la llegada, recorren cada espacio de mi piel sin pausa... y yo ya no puedo continuar con este juego...te deseo.

Desnúdame,
deja caer el velo que oculta mi cuerpo,
y vísteme con tus caricias,
enjóyame con tus besos,
perfúmame con tu aroma, con el nuestro,
y con el sostén de tus manos, ensalza mis pechos.

Te susurré que me amaras,
y te tomé las manos, y las llevé a la hoguera de mis ansias,
no te resistas,
quémate, quémame y aviva el fuego de mis entrañas...
adéntrate...sin pudor, penétrame una y otra vez
y lame mi cuerpo con tus manos mojadas,
y deja el rastro que encuentre mañana.
Ahora márchate, cuando aún siento coletadas de placer
sigo sintiendo tu miembro...
y ya te has ido para no volver.

...y qué si imagino nuestro encuentro,
y qué si te pienso haciéndomelo.